Una Mirada Diferente
Por Dra. Flavia Mansulino Pediatra, Intensivista. Asistente de Cátedra Medicina del Deporte. Diplomatura Medicina Deportiva Pediátrica. Médico AUF.
Donde Medicina y Deporte crecen juntos
Queridos padres, si tu hijo está atravesando un tratamiento por cáncer, probablemente tu mundo se haya puesto patas arriba. Entre consultas médicas, quimioterapias y hospitalizaciones, es normal que la idea de que tu pequeño haga ejercicio te parezca... ¿contradictoria? ¿Imposible? ¿Incluso peligrosa?
Hoy quiero compartir contigo una perspectiva diferente, respaldada por la ciencia más reciente: la actividad física no es el enemigo del tratamiento oncológico. Al contrario, puede ser uno de sus mejores aliados.
Lo que la ciencia nos está enseñando
Durante décadas, el mensaje fue claro: "reposo absoluto" para los niños con cáncer. Pero la investigación de los últimos años, incluyendo estudios del Hospital de Niños de Chicago (Lurie Children's), revisiones sistemáticas Cochrane y consensos del American College of Sports Medicine (ACSM), nos cuenta una historia completamente diferente.
Los datos son contundentes pero esperanzadores: los niños que participan en programas de actividad física supervisada durante su tratamiento no solo no empeoran, sino que mejoran significativamente su calidad de vida. Un metaanálisis publicado en 2022 que analizó más de 640 participantes mostró que el 87% de los niños completaron exitosamente sus programas de ejercicio, sin efectos adversos graves.
Los beneficios que tal vez no esperabas
Para el cuerpo
La evidencia científica demuestra que la actividad física controlada:
• Reduce la fatiga relacionada con el tratamiento hasta en un 20%
• Mantiene la fuerza muscular que normalmente se perdería por la inactividad
• Mejora la función cardiovascular, protegiendo el corazón de algunos efectos de la quimioterapia
• Fortalece el sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones
Para la mente y las emociones
Pero hay más. Los estudios del British Journal of Sports Medicine revelan beneficios que van más allá de lo físico:
• Mejora del estado de ánimo y reducción de la ansiedad
• Mayor sensación de control sobre su propia situación
• Mejor calidad del sueño
• Aumento de la autoestima y confianza
Las diferentes miradas sobre el tema
La perspectiva tradicional sostiene que el reposo es fundamental durante el tratamiento. Y tiene razón en parte: hay momentos donde el descanso es prioritario, especialmente durante episodios de neutropenia severa o complicaciones agudas.
La visión moderna, respaldada por instituciones como la American Academy of Pediatrics, propone un enfoque más matizado: actividad física adaptada, supervisada y personalizada según cada momento del tratamiento.
La realidad práctica nos dice que no se trata de elegir entre descanso y actividad, sino de encontrar el equilibrio perfecto para cada niño, en cada momento de su journey.
Algunos padres se preguntan: "¿No será demasiado para mi hijo que ya está luchando contra el cáncer?" Es una preocupación completamente válida. La respuesta está en entender que no hablamos de entrenamientos intensos, sino de movimiento suave, progresivo y siempre bajo supervisión médica.
Tu guía práctica: Del sanatorio a casa
En el hospital o sanatorio
Antes de comenzar cualquier actividad, SIEMPRE consulta con el equipo médico de tu hijo.
Actividades seguras durante la hospitalización:
• Caminar por los pasillos: 5-10 minutos, 2-3 veces al día
• Ejercicios en la cama: movimientos suaves de brazos y piernas
• Ejercicios respiratorios: soplar burbujas, inflar globos
• Juegos activos adaptados: lanzar una pelota suave sentado
• Estiramientos suaves: cuello, hombros, piernas
Señales para pausar la actividad:
• Fiebre mayor a 38°C
• Fatiga extrema
• Náuseas intensas
• Cualquier malestar que preocupe a tu hijo
En casa: Creando un ambiente de movimiento
Semana 1-2 (Adaptación):
• 10-15 minutos de actividad suave diaria
• Caminar en casa o jardín
• Juegos sedentarios con pequeños movimientos
Semana 3-4 (Progresión):
• 15-20 minutos diarios
• Incorporar pequeños ejercicios de fuerza (usar botellitas con arena como pesas)
• Bailes suaves con música favorita
Actividades creativas para motivar:
• "Búsqueda del tesoro activa": esconder objetos por la casa
• "Yoga de animales": imitar movimientos de diferentes animales
• "Competencias familiares": quién puede hacer más sentadillas (adaptadas)
• "Videojuegos activos": Nintendo Switch con deportes, por ejemplo
Equipamiento básico para casa:
• Colchoneta o toalla grande
• Pelota suave mediana
• Bandas elásticas (resistencia suave)
• Música motivadora
• Un cronómetro o reloj
Herramientas para hacer el seguimiento .
El Calendario de Movimiento : Crea un calendario semanal especial donde tu hijo pueda:
• Marcar cada día que realizó actividad física
• Poner stickers o dibujos después de cada sesión
• Escribir metas pequeñas para cada semana
• Celebrar logros con colores especiales
El Diario del Movimiento: Esta herramienta es oro puro tanto para tu hijo como para el equipo médico:
Después de cada actividad, pide a tu hijo que escriba (o dibuje) en su diario:
• ¿Qué hicimos hoy? (caminar, jugar con pelota, estirar)
• ¿Cuánto tiempo? (puede ser dibujando relojes simples)
• ¿Cómo me siento? usando caritas:
😃 ¡Genial! - Me siento con mucha energía
🙂 Bien - Me siento tranquilo y contento
😐 Normal - No siento cambios especiales
😔 Cansado - Me siento un poco fatigado
😴 Muy cansado - Necesito descansar más
Ideas adicionales para el diario:
• Dibujos libres de cómo se imaginan sintiéndose
• Palabras especiales que describan su día
• Agradecimientos por algo que pudieron hacer
• Planes para el día siguiente
Este diario se convertirá en un tesoro familiar y una herramienta valiosa para mostrar al equipo médico cómo responde tu hijo a la actividad física. Adaptaciones según los síntomas
Si hay náuseas:
• Ejercicios respiratorios profundos
• Caminar muy lentamente
• Evitar movimientos que involucren agacharse
Si hay fatiga:
• Sesiones más cortas (5-10 minutos)
• Ejercicios sentado o acostado
• Enfocarse en estiramientos suaves
Durante días buenos:
• Aprovechar para actividades más dinámicas
• Salir al aire libre si es posible
• Involucrar a hermanos o amigos
Un cambio de paradigma necesario
La evidencia es clara: estamos presenciando un cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer infantil. El Hospital de Niños de Chicago, pionero en esta área, implementó en 2004 el primer gimnasio intrahospitalario para niños con cáncer. Los resultados fueron tan prometedores que hoy es práctica estándar en muchos centros oncológicos pediátricos del mundo.
Los estudios muestran que los niños que mantienen algún nivel de actividad física durante su tratamiento tienen 15-20% mejor condición física al finalizar la terapia, comparado con aquellos que permanecen completamente sedentarios.
Reflexiones finales: El poder del movimiento
Como padres, nuestro instinto es proteger. Pero a veces, proteger significa permitir que nuestros hijos se muevan, que jueguen, que sigan siendo niños incluso en las circunstancias más difíciles.
La actividad física no reemplaza el tratamiento médico, pero sí puede ser un complemento valioso que mejore la calidad de vida de tu hijo durante esta etapa. No se trata de crear atletas, sino de mantener la alegría del movimiento en sus vidas.
Recuerda: cada niño es único, cada tratamiento es diferente, y cada día puede traer nuevos desafíos. La clave está en la flexibilidad, la paciencia y siempre, SIEMPRE, el trabajo en equipo con el equipo médico.
Tu hijo necesita medicina, pero también necesita seguir siendo niño. Y ser niño incluye moverse, jugar y descubrir de qué es capaz su cuerpo, incluso cuando ese cuerpo está luchando una batalla.
En esta journey donde medicina y deporte crecen juntos, tú tienes el poder de ser el mejor entrenador de vida que tu hijo pueda tener.
Consulta siempre con el equipo médico de tu hijo antes de iniciar cualquier programa de actividad física. Este artículo tiene fines educativos y no reemplaza el consejo médico profesional.
Próximamente...
En nuestro próximo envío , exploraremos algo que pocos hablan: cómo los cambios psicológicos durante el PHV afectan la motivación deportiva, y por qué algunos adolescentes "pierden el amor" por su deporte justo cuando más lo necesitan.
Dra. Flavia Mansulino dirige Salud Deportiva Infanto Juvenil 360,
Centro especializado en el desarrollo integral de niños y adolescentes a través del deporte.
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