Por Dra. Flavia Mansulino Pediatra, Intensivista. Asistente de Cátedra Medicina del Deporte. Diplomatura Medicina Deportiva Pediátrica. Médico AUF.
Donde Medicina y Deporte crecen juntos
Era un martes típico en mi consulta cuando llegó Martín, de 14 años, acompañado de su madre. Jugaba en las inferiores de un club importante, entrenaba 6 días a la semana, y llevaba 3 meses con dolor en la rodilla que "aparecía y desaparecía". Su entrenador le había dicho que era "normal" a su edad, que seguía entrenando porque "el dolor forma parte del crecimiento".
Al examinar a Martín, encontré todos los signos de una sobrecarga temprana en el cartílago de crecimiento. Su cuerpo había estado enviando señales durante meses. Señales que fueron ignoradas sistemáticamente.
La madre me preguntó lo que escucho semanalmente: "Doctora, ¿era inevitable? ¿Es el precio de hacer deporte?"
Mi respuesta la pregunta: "No solo no era inevitable. Era completamente prevenible".
La Verdad Incómoda Sobre las Lesiones Juveniles
Las lesiones deportivas en jóvenes no son el precio inevitable del rendimiento.
Son, en su gran mayoría, el resultado de no entender cómo funciona un cuerpo en crecimiento.
Según investigaciones recientes del American Journal of Sports Medicine, el 80% de las lesiones en deportistas menores de 18 años son lesiones por sobreuso y sobrecarga.
No son el resultado de traumatismos accidentales, sino de la aplicación sistemática de entrenamientos inadecuados sobre tejidos que aún están desarrollándose.
Pero aquí está el punto que pocos comprenden: estos tejidos en crecimiento tienen patrones de adaptación completamente diferentes a los adultos .
Las placas de crecimiento (desde donde crece el hueso en longitud), por ejemplo, son entre 2 y 5 veces más vulnerables al estrés repetitivo que el hueso maduro que las rodea.
El problema no es que los jóvenes hagan deporte.
El problema es que aplicamos modelos de entrenamiento adulto a cuerpos que funcionan con reglas biológicas diferentes.
Esto significa que cuando vemos dolor recurrente en hombros de nadadores de 13 años, tendinitis en futbolistas de 14 años, o fracturas por estrés en corredores de 15 años, no estamos viendo "gajes del oficio".
Estamos viendo la consecuencia de no adaptar el entrenamiento a la realidad biológica del crecimiento.
Durante mis años evaluando jóvenes deportistas, identifico tres períodos donde el riesgo de lesión por sobreuso se dispara:
1. La Ventana del Crecimiento Acelerado (10-14 años)
Durante el pico de velocidad de crecimiento, los huesos crecen más rápido que los músculos y tendones.
Imagine un edificio cuya estructura se expande, pero los cables de soporte mantienen su longitud original. El resultado: tensiones donde antes no las había. En términos deportivos: un futbolista que creció 8 cm en un año necesita reaprender patrones de movimiento básicos, no intensificar el entrenamiento.
2. La Ventana de la Especialización Temprana (12-16 años)
Cuando un adolescente entrena más de 8 meses al año en un solo deporte, el riesgo de lesión por sobreuso aumenta un 270%.
La especialización temprana no solo limita el desarrollo motor general; Crea patrones de sobrecarga específicos. Un tenista junior que golpea 500 pelotas diarias desarrollará adaptaciones unilaterales que su esqueleto en crecimiento no puede manejar indefinidamente.
3. La Ventana de la Presión Competitiva (14-18 años)
Aquí confluyen la presión por resultados con la maduración hormonal incompleta.
Los niveles de cortisol elevados por el estrés competitivo interfieren directamente con la síntesis de colágeno, el componente principal de tendones y ligamentos. Un organismo estresado no repara eficientemente el microtrauma del entrenamiento.
El Protocolo de Prevención Inteligente
La prevención efectiva no requiere menos deporte; requiere Evaluación, planificacion control y seguimineto más inteligente:
Paso 1: Mapear la Carga Real
Registra no solo horas de entrenamiento, sino intensidad percibida diaria
Incluye actividades "invisibles": educación física, juegos libres, otras actividades.
Identifica patrones: ¿cuándo aparece la fatiga? ¿Qué días duele más?
Paso 2: Respetar las Señales Tempranas
Dolor que persiste más de 48 horas post-actividad = evaluación necesaria
Disminución del rendimiento sin causa aparente = posible sobrecarga
Cambios en patrones de sueño o apetito = considerar carga total
Paso 3: Aplicar la Regla del 10% Adaptada
Incrementos de carga nunca superiores al 10% semanal
Cada 4ta semana: reducción del 30% de la carga para adaptación
Durante picos de crecimiento: mantener volumen, reducir intensidad
La pregunta que cambia todo
Cuando veo a familias en consulta después de una lesión por sobreuso, siempre hago la misma pregunta:
"Si pudieras retroceder 6 meses, ¿qué señal habrías querido reconocer antes?"
La respuesta más común: "Que el cansancio no era normal."
El cansancio excesivo no es evidencia de trabajo duro.
Es evidencia de que el cuerpo está gastando más energía en repararse que en desarrollarse.
Un joven deportista saludable debería terminar sus entrenamientos fatigado pero energizado, no agotado.
Debería despertar por las mañanas con ganas de moverse, no con rigidez. Debería ver mejoras graduales en su rendimiento, sin mesetas prolongadas.
Estas señales nos están hablando constantemente.
La pregunta es: ¿Estamos preparados para escuchar?
Entrenar con inteligencia, escuchar con empatía.
Adaptar con ciencia no es solo prevenir lesiones. Es proteger futuros.
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Dra. Flavia Mansulino dirige Salud Deportiva Infanto Juvenil 360,
Centro especializado en el desarrollo integral de niños y adolescentes a través del deporte.
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